Escoliosis: Diagnóstico y Tratamiento con Fisioterapia

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La escoliosis es una desviación lateral de la columna vertebral producida por diferentes factores, aunque el más común es el idiopático. Se suele diagnosticar en adolescentes y niños en crecimiento. Esta afección de la columna genera múltiples y diversas adaptaciones en el resto de las articulaciones de la espalda facilitando sintomatología adyacente. Es de gran importancia un diagnóstico precoz para comenzar a aplicar lo antes posible el tratamiento adecuado y minorizar al máximo las posibles complicaciones que puedan aparecer en etapas posteriores.

¿Qué es la escoliosis?

La escoliosis en sí, es la descripción de una alteración estructural y, como mucho se puede tomar como un signo. Esta alteración postural puede ser estructural o postural. En primera, nos encontramos una deformidad ósea, en tres dimensiones que genera de forma primaria esa rotación de las fibras óseas y por tanto del hueso o huesos de la columna. En el caso de escoliosis postural, hablamos de una adaptación de nuestras vertebras a una disfunción mecánica en otro sitio. Esto sucede en el caso de una pierna corta. En este caso, nuestras vértebras lumbares tendrán que generar una curva alterando la rectitud de la columna vertebral para alargar esa pierna corta de un lado.

Causas y tipos de escoliosis

En el origen de la escoliosis, se encuentran tres categorías principales

  • Neuromuscular. En ésta, la deformidad de la escoliosis ocurre en pacientes con patologías de origen neurológico o musculo esquelético, tales como en el mielomenigocele, la distrofia muscular, la parálisis cerebral, distrofias musculares o asimetría en la longitud de las extremidades pélvicas.
  • Congénita. Este tipo de escoliosis es resultado de asimetría en el desarrollo de las vértebras, secundario a anomalías congénitas (hemivértebras, fallas de segmentación). Este tipo de escoliosis generalmente se manifiesta en niños pequeños o antes de la adolescencia.
  • Idiopática. Se define así una escoliosis donde no se encuentra una causa específica que explique el desarrollo de la deformidad. Regularmente es un diagnóstico de exclusión, es decir, cuando se han descartado otros orígenes de la patología.

Según el tipo de curva que presenta la escoliosis, encontramos del tipo “C” cuando la columna presenta únicamente una curvatura lateral, normalmente afectando a una región únicamente (cervical, dorsal, lumbar). Cuando existen varias curvaturas de la columna, hacia un lado y hacia el otro, llamamos escoliosis de tipo “S” y normalmente afectan a más de una región de la columna vertebral.

Según los grados de curvatura podemos clasificar la escoliosis como: leve (menos de 20 grados) moderada (entre 20 y 40 grados) o grave (más de 40 grados). En función de la severidad, encontraremos una sintomatología u otra.

Síntomas y diagnóstico

La sintomatología más frecuente es molestia o dolor de espalda, en cualquiera de los niveles de la columna. Aunque la escoliosis pueda encontrarse en una región en concreto, esto puede provocar adaptaciones y compensaciones a distancia, que generaran una irritación y consecuente sintomatología. Este dolor puede aparecer en momentos consecuentes a la inmovilidad o sedentarismo. Consecuentemente a estas adaptaciones, podemos encontrarnos múltiples tipos de patologías como, por ejemplo, ciáticas, hernias discales, procesos degenerativos prematuros, etc. En los casos de escoliosis más severas, puede presentarse limitación de la capacidad respiratoria en el caso de una escoliosis grave a nivel torácico.

Múltiples escoliosis son fácilmente detectables con alguna prueba ortopédica de movilidad e incluso a simple vista. En el caso de una escoliosis torácica podremos observar la rotación vertebral a través de la curvatura que realizan las costillas. Normalmente, para objetivar una escoliosis y calcular de cuántos grados consta se precisa una radiografía.

Tratamiento

El tratamiento deberá ir enfocado según la severidad de la propia escoliosis. La gran mayoría suelen ser leves o moderadas, lo que no precisaran tratamiento médico.  En el caso de una escoliosis severa o muy grave, existe la posibilidad de una cirugía, a través de la cual, mediante placas y tornillos, se intenta frenar el avance de la curva.

Este tipo de afecciones se suele tratar desde el punto de vista conservador, a través de la fisioterapia principalmente. El mejor tratamiento para una escoliosis es el ejercicio físico, que deberá ir personalmente pautado con el fin de fortalecer la musculatura paravertebral y así evitar distonías entre ambas partes de la curvatura escoliótica, así como ejercicio de elasticidad y flexibilidad para estirar las fibras más hipertónicas. Por otro lado, se aplicarán multitud de técnicas con el fin de reducir inflamación o posibles periodos agudos de dolor que el paciente pueda presentar como termoterapia, terapia manual miofascial, técnicas de movilidad articular, masaje de descarga. Todo esto con el fin de reducir tono y mejorar la movilidad global de la columna vertebral.

Conclusión

La escoliosis no es una enfermedad ni una patología, es un estado, una alteración de la armonía de la columna vertebral. Es importante detectar este tipo de alteraciones lo antes posible para aplicar los ejercicios y terapias oportunas con el fin de frenar la curvatura de la columna con el tiempo y el desarrollo del niño o adolescente. Es vital evitar una forma de vida excesivamente sedentaria, ausente de ejercicio físico y con mala higiene postural.

Visitar a un fisioterapeuta con cierta frecuencia asegura tener buen asesoramiento sobre cualquier alteración que podamos sufrir trabajando la prevención o abordando la causa desde el origen.

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