Heparina: cómo administrarla y posibles efectos secundarios

Heparina
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La Heparina es una herramienta vital en la prevención de la formación de coágulos que pueden ser peligrosos para la salud. En este artículo, exploraremos en detalle cómo se administra la Heparina, las diferentes formas en las que puede ser utilizada y los protocolos de dosificación recomendados.

También abordaremos los posibles efectos secundarios asociados con su uso, para que los pacientes y los profesionales de la salud estén informados y puedan tomar decisiones informadas sobre su uso. Acompáñanos en este recorrido por la Heparina, una herramienta invaluable en el manejo de trastornos de coagulación, pero no exenta de consideraciones y precauciones importantes.

¿Qué es la heparina?

La heparina es un fármaco anticoagulante que se utiliza inyectado por vía subcutánea. La ventaja de su uso radica en su velocidad de actuación, consiguiendo el efecto anticoagulante buscado en 1-2 horas (respecto a 3-4 días que pueden llegar a tardar en conseguir el efecto completo los anticoagulantes orales).


¿Para qué enfermedades o situaciones sirve la heparina?

Existen varias situaciones clínicas en las que es necesario disminuir la capacidad de coagulación de la sangre del paciente de forma permanente para evitar fenómenos de trombosis. Algunas de estas situaciones más frecuentes incluyen arritmias cardiacas como la fibrilación auricular o la presencia de prótesis valvulares.

En otras ocasiones, la necesidad de anticoagulación queda limitada a periodos limitados de tiempo, en la mayoría de los casos asociado a inmovilidad después de una cirugía o a un traumatismo.

En los primeros casos se tiene a utilizar mecanismos de anticoagulación por vía oral con fármacos como el sintrom o los nuevos anticoagulantes orales (dabigatrán, rivaroxabán, apixabán, …). En el segundo supuesto, cuando es precisa una anticoagulación circunscrita en un periodo corto de tiempo, utilizamos las heparinas.


¿Cómo se debe administrar la heparina?

Dependiendo del derivado de la heparina utilizado, su frecuencia de administración puede varias entre una y tres inyecciones diarias aunque mayoritariamente el uso clínico actual se centra en las heparinas que se administran una única vez al día.

Situaciones que hacen necesario el uso de heparina para evitar fenómenos de trombosis incluyen:

  • Días posteriores a un infarto de miocardio
  • Trombosis venosa profunda
  • Embolismo pulmonar
  • Transtornos de anticoagulación asociados al embarazo (como la presencia de anticuerpos antifosfolipídicos
  • Inmovilización tras una cirugía
  • Inmovilización por un proceso traumático
  • Momento inicial de una anticoagulación permanente hasta que alcanzamos el efecto pleno de los anticoagulantes orales.

Precauciones a la hora de administrarla

Su método de administración en domicilio será la vía subcutánea. Para su correcto uso se recomienda utilizar la piel de la región abdominal. Para ello pellizcaremos suavemente una porción de la piel para formar un pliegue, e introduciremos la aguja en un ángulo aproximado de 45 grados seguidamente inyectaremos el producto. Hoy en día, las heparinas se venden fundamentalmente como jeringuillas precargadas desechables. Esto quiere decir que la indicación es inyectar todo el contenido de la jeringuilla y posteriormente desecharla en un contenedor apropiado para material biológico.

Las dosis deben estar separadas 24 horas, por lo cual se recomiendo utilizarlas siempre a la misma hora para facilitar el cumplimiento. En caso de un olvido de dosis, se recomienda administrar la siguiente lo antes posible y esa nueva hora de administración pasará a ser la hora de administración habitual. Nunca se debe compensar un olvido con una dosis doble.

Si durante el periodo de tiempo de uso de la heparina fuese necesaria una pequeña intervención que puede implicar sangrado (y esta no se pueda demorar a una vez que ya no sea necesaria la heparina), como por ejemplo una intervención dental, será necesario suspender la dosis previa de heparina y administrarla una vez dicha intervención ha terminado.


Posibles efectos secundarios

Es frecuente y normal la aparición de pequeños hematomas alrededor de la zona de administración y es algo que no nos debe alarmar.


¿Qué debo hacer en caso de una sobredosis de heparina?

En casos de sobredosificación pueden aparecer episodios de sangrado anormal que incluyen hematomas de gran tamaño, presencia de sangre en heces u orina o hemorragias que no ceden ante cortes o heridas. En estos casos es preciso solicitar atención médica, urgente en caso de sangrado excesivo y/o que se asocien signos como debilidad o cansancio extremo. Si somos conscientes de haber usado más heparina de la indicada por error pero no hemos presentado los efectos secundarios antes comentados, debemos extremar precauciones ante caídas o cortes (como evitar el afeitado) durante 24 horas cuando retomaremos la dinámica normal con la siguiente dosis.

La heparina tiene un antídoto específico de uso en centros sanitarios llamado sulfato de protramina que anula el efecto de la primera tras su administración en caso de ser necesario.

En conclusión, la Heparina desempeña un papel crucial en la prevención y el tratamiento de trastornos de coagulación sanguínea, ayudando a prevenir la formación de coágulos que podrían tener graves consecuencias para la salud. Sin embargo, es importante recordar que la administración de Heparina debe ser realizada bajo supervisión médica y siguiendo las pautas y protocolos establecidos. Si bien los efectos secundarios pueden ocurrir, la mayoría de los pacientes toleran bien el medicamento cuando se utiliza adecuadamente. Como con cualquier medicamento, es fundamental que los pacientes estén informados y trabajen en estrecha colaboración con sus profesionales de la salud para asegurar una administración segura y efectiva de la Heparina. Al entender los beneficios y riesgos asociados, podemos aprovechar al máximo esta herramienta terapéutica y garantizar una atención de calidad para aquellos que se benefician de su uso.

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