Nutrición y salud mental: cómo la alimentación afecta a nuestra salud mental

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La conexión entre la nutrición y la salud mental es un tema de creciente interés en el ámbito de la psicología y la nutrición. Cada vez más estudios indican que lo que comemos puede influir significativamente en nuestro estado de ánimo, niveles de ansiedad y bienestar general. En este artículo, analizaremos cómo ciertos nutrientes y alimentos pueden potenciar la salud mental, ayudándonos a gestionar mejor nuestras emociones y a mantener un equilibrio psicológico. Aprenderemos sobre la importancia de una dieta equilibrada y cómo incorporar alimentos que favorezcan la salud mental en nuestra vida diaria.

¿Cómo afecta la dieta al estado de ánimo?

La relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos es un tema complejo que involucra tanto mecanismos biológicos como psicológicos. La relación entre las emociones y la conducta alimentaria es bidireccional, de tal manera que unos factores influyen sobre los otros y viceversa, es el conocido “eje intestino – cerebro”.

A nivel psicológico, muchas personas recurren al llamado “comer psicológico”, un término referido al uso de los alimentos como un mecanismo disfuncional de afrontamiento ante emociones negativas como el estrés o la tristeza. Además y mediante la alimentación relacionamos el consumo de ciertos alimentos con un aumento en la autoestima o con un efecto placebo, es decir, la asociación de ciertos alimentos con cualidades que realmente no poseen.

Todo este proceso e interacción entre la nutrición y la psicología se apoya sobre una base fisiológica y biológica, cuando comemos, nuestro organismo produce y libera neurotransmisores en el cerebro, sustancias químicas responsables de regular nuestras emociones y estado de ánimo, algunos ejemplos siendo la serotonina (hormona de la felicidad), la dopamina (relacionada con la sensación de placer y recompensa) o el cortisol (hormona del estrés), siendo estas hormonas principalmente liberadas ante el consumo de alimentos ricos en azúcares y grasas. Algunos mecanismos biológicos como las alteraciones en la microbiota, la inflamación corporal o carencias a nivel nutricional también son de importancia en la regulación del estado de ánimo.

Nutrientes esenciales para el bienestar emocional

Existen una serie de nutrientes que poseen propiedades claves para la mejora del bienestar y la salud mental:

El omega-3 (el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico)), por ejemplo, posee propiedades antiinflamatorias y participa en la transmisión de señales neuronales, ayudando a combatir patologías y síntomas tales como la ansiedad o la depresión. Se encuentra en alimentos como el pescado azul (salmón, caballa, sardinas, atún, etc.), nueces, semillas de chía, etc.

Las vitaminas del grupo B, principalmente la B6, B12 y B9 contribuyen a la producción de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo. Los alimentos ricos en vitaminas B incluyen carnes magras, huevos, nueces y verduras de hoja verde.

Algunos minerales como el magnesio, el zinc o el hierro también son esenciales para el buen funcionamiento cognitivo y emocional. Se encuentran en alimentos como los frutos secos, espinacas, aguacates, plátanos, legumbres, carnes rojas, huevos, mariscos, etc.

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Alimentos que mejoran el estado de ánimo

Además de los hablados anteriormente, existen muchos otros alimentos que poseen un impacto positivo para el bienestar mental:

Alimentos ricos en omega-3

Ejemplos de fuentes de omega-3 (pescado graso, nueces, semillas de chía) y su papel en la reducción de síntomas de depresión y ansiedad.

Frutas y verduras

Una dieta rica en frutas y verduras no solo es crucial para la salud física, sino que también tiene un impacto significativo en el bienestar mental. Los alimentos de origen vegetal son fuentes importantes de antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, todos los cuales juegan un papel fundamental en la salud del cerebro y en la regulación del estado de ánimo. Los antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo, causante de daños a nivel celular, mientras que la fibra regula las digestiones y la microbiota, imprescindible para el eje intestino – cerebro.

Granos enteros y proteinas

Los hidratos de carbono complejos y las proteínas están compuestos por moléculas más grandes que las simples, por lo que requieren de mayor tiempo para descomponerse, tendiendo a proporcionar al organismo energía física y mental de manera más lenta. Además, los hidratos de carbono complejos provocan un aumento más gradual de la concentración de azúcar en sangre, alcanzando niveles más bajos que los de los carbohidratos simples, pero durante un periodo de tiempo más prolongado.

Impacto de la Comida Chatarra y el Azúcar

El consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados no solo tienen efectos negativos a nivel físico, si no también a nivel mental. Estos alimentos suelen tener un alto contenido de azúcares añadidos, grasas saturadas, sal y aditivos, careciendo de nutrientes esenciales, lo que puede desencadenar una serie de efectos negativos en el cerebro.

Múltiples estudios demuestran una asociación entre un alto consumo de comidas rápidas y alimentos procesados con ansiedad, nerviosismo, inquietud, falta de motivación y síntomas depresivos, además, los datos sugieren que el consumo de alimentos poco saludables puede estar asociado con una peor salud mental a través de sus efectos adversos sobre los procesos inflamatorios, el estado nutricional, alteraciones en la microbiota y la función de los neurotransmisores.

Cómo Incorporar Alimentos Saludables en tu Dieta

Realizar cambios graduales en la dieta puede ser una forma efectiva y sostenible de mejorar tu salud mental, por lo que aquí tienes una serie de sugerencias:

  • Sustituye azúcares refinados por alternativas más saludables como frutas o endulzantes naturales de manera que los niveles de azúcar en sangre se mantengan estables.
  • Introduce en tu dieta grasas saludables como el omega-3 mediante el consumo de nueces, semillas de chía, salmón o aguacate.
  • Incrementa el consumo de frutas, verduras y fibra en el día a día probando nuevas recetas, agregando una porción extra de legumbres u hortalizas a tus platos o sustituyendo el pan, la pasta y el arroz blanco por sus alternativas integrales.
  • Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados, puedes comenzar poniéndote como objetivo elegir un día de la semana para preparar comidas caseras y luego ir aumentando los días gradualmente, ten en cuenta que es importante establecer hábitos de consumo conscientes de manera que obtengamos una buena relación con la comida.

Conclusión

Cuidar lo que comemos es fundamental no sólo para nuestra salud física, sino también para nuestro bienestar emocional. La alimentación tiene un impacto directo en cómo funciona nuestro cerebro y cómo nos sentimos. Al elegir alimentos ricos en nutrientes, saludables y equilibrados reducimos factores clave para tener una mente sana tales como la inflamación, los niveles de azúcar en sangre y la salud intestinal.

En cambio, un consumo excesivo de azúcares y alimentos ultraprocesados puede afectar negativamente en nuestro estado emocional, contribuyendo a problemas como la ansiedad y la depresión.

Es importante que reflexionemos sobre cómo lo que comemos influye en nuestro estado de ánimo y bienestar general. Te invitamos a pensar en tu propia dieta y cómo podrías hacer que tu alimentación mejore para conseguir tus propios objetivos.

Bibliografía

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