La disfunción eréctil, también conocida como impotencia, es la dificultad para conseguir o mantener la erección aunque la estimulación sexual sea suficiente. Esta disfunción puede ocasionar altas repercusiones en la calidad de vida del hombre que lo padece. Cuando pensamos en esta disfunción, nos viene a la cabeza problemas de la tercera edad, pero es más común de lo que pensamos y puede aparecer en jóvenes de 25 años en adelante.
¿Qué es la erección?
La erección es una respuesta fisiológica en la que participan mecanismos vasculares, neurológicos y endocrinos. Su estimulación depende de estímulos sensoriales en los genitales y psicógenos, visuales, auditivas… Estos estímulos ayudan a que la vasodilatación de las arterias cavernosas y helicinas del pene que hacen que aumente su tamaño.
Causas de la disfunción eréctil
Cuando este mecanismo no funciona adecuadamente debemos pensar en causas orgánicas con alteración en los mecanismos fisiológicos de la erección como: la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, consumo de tabaco y/o alcohol, insuficiencia renal, hiperlipemia (alteración del metabolismo de las grasas) o alteraciones neurológicas. Algunos medicamentos relacionados con estas causas también provocan esta disfunción, de ahí la importancia de leer el prospecto. Sin embargo, también puede ser de origen psicológico:
- No entiendo que me pasa, antes funcionaba perfectamente.
- Me da mucha vergüenza cuando se me baja.
- Acabo de conocer a alguien y si no funciono
- Alguna vez se han reído de mi o se han enfadado
- Y si se queda a medias
- Me siento menos hombre
Si esto te suena, ten en cuenta que estos pensamientos no ayudan que la erección vuelva. Aquí tenemos pensamientos típicos de personas que han sufrido el llamado “gatillazo” y se han quedado con ese miedo en el cuerpo. Normalmente se es más consciente del problema cuando surge una vez mantenido relaciones sin ningún problema. En ocasiones, pueden ser casos aislados y no pasan más, pero otros se quedan dentro como un pensamiento recurrente que aparece en el momento de tener relaciones sexuales y ven que la cosa no funciona como antes.
Los hombres que lo padecen ven minada su autoestima sintiéndose menos hombres o que no valen, sienten una gran inseguridad pensando que no van a encontrar pareja o les van a dejar, les invade un sentimiento de gran frustración por los muchos intentos y les acompaña una sensación de ansiedad que nos permite dejarse llevar por los placeres de la relaciones.
Se debe tener en cuenta otros factores como puede ser la educación moral y sexual que hemos recibido “Los hombres de verdad siempre cumplen”, haber tenido otras disfunciones sexuales o problemas con la pareja (infidelidades, inestabilidad, expectativas poco realistas, experiencias traumáticas) y trastornos comórbidos como la ansiedad o la depresión.
Estas y otras muchas causas pueden llevar a la persona a padecer impotencia y sus consecuencias pueden tener repercusiones en tu salud sexual, de pareja y en tu autoestima. Si te has sentido identificado o tienes alguna de estas señales, acude a nosotros, pide cita, podemos ayudarte.