La práctica regular de ejercicio físico a una intensidad media-alta conduce a una serie de cambios metabólicos y fisiológicos, que marcan las diferencias nutricionales con respecto a las personas sedentarias. Estos cambios están influenciados por el tipo, frecuencia, intensidad, duración del ejercicio y condiciones ambientales en las que se realiza la práctica deportiva, además de las características propias del deportista. Es preciso tener en cuenta todos estos factores con el fin de aportar la adecuada cantidad de energía y nutrientes que permitan al deportista desarrollar la práctica deportiva en óptimas condiciones.
La fruta ocupa un lugar clave en la alimentación del deportista ya que el aporte de vitaminas y minerales es fundamental porque actúan como reguladores metabólicos y la práctica de deporte va acompañada de un aumento del requerimiento de las vitaminas.
Sabiendo que los micronutrientes están involucrados en la mayoría de los procesos del cuerpo se debe prestar una especial atención, tanto a su posible déficit como a proporcionar una suplementación inadecuada.
Podemos dividir la toma de fruta en 3 momentos distintos: previo al ejercicio, durante el ejercicio y después del ejercicio.
Previo al ejercicio. Para optimizar los almacenes de glucógeno y mejorar el rendimiento tendrían cabida frutas con índice glucémico medio-alto como puede ser frutos rojos, fresas, uvas, kiwi, pomelo o mandarinas.
Durante el ejercicio. Una de las mejores opciones que tenemos es el plátano. Contiene minerales como el potasio y el magnesio facilitando la transmisión neuromuscular, el balance electrolítico, disminuyendo la sensación de fatiga, los calambres y espasmos. Además, es una de las frutas con mayor índice glucémico lo que te permite reponer energía de manera eficiente y rápida.
Después del ejercicio. Tras un esfuerzo físico de más de 1 hora las reservas de glucógeno muscular pueden quedar ‘’vacías’’. Para que la velocidad de resíntesis de glucógeno sea óptima se deben consumir carbohidratos de alto índice glucémico. Piña, sandía, melón, plátano, pueden ser muy buenas opciones.