La terapia EMDR (Eye Movement Desensibilization and Reprocessing) pone el foco en el paciente. Se centra en las emociones, cogniciones y sensaciones angustiosas que la persona está viviendo y que la mantienen en un bloqueo emocional a consecuencia de experiencias traumáticas, como son: fallecimientos, agresiones, separaciones, abusos, accidentes, abandonos, vínculos afectivos negativos, y otros. Por lo general, el bloqueo emocional sostenido en el tiempo termina por convertirse en problemas o trastornos emocionales graves.
El objetivo principal es mejorar el bienestar personal mediante la resolución adaptativa de las experiencias difíciles y traumáticas en la vida de la persona.
La terapia EMDR se fundamenta en la capacidad de reprocesamiento de la experiencia. Esto significa que la persona afronta un proceso reflexivo de insight (“darse cuenta de”), donde la experiencia traumática se transforma, generando un cambio beneficioso en las creencias autolimitantes y los síntomas físicos y emocionales que perturban la vida cotidiana del paciente.
Desde la terapia EMDR se abordan tres aspectos básicos para alcanzar el desbloqueo emocional y cognitivo:
- Pasado: Experiencias de vida temprana.
- Presente: Experiencias estresantes del presente.
- Futuro: Pensamientos y comportamientos deseados para el futuro.
El terapeuta especialista en EMDR ofrece un espacio seguro y respetuoso donde acompañar, orientar y ayudar al paciente en su proceso de curación.
Francine Shapiro, doctora en psicología e investigadora en el M.R.I (Instituto de Investigación Mental) de California, fue la fundadora de la terapia EMDR. Es una terapia avalada y recomendada por la OMS y la Guía de Práctica Clínica de la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) para el tratamiento eficaz del TEPT (trastorno de estrés postraumático). Además, se ha demostrado la eficacia del EMDR para el tratamiento de duelos, fobias, trastornos de ansiedad, TOC, trastornos alimentarios, trastornos somatoformes, adicciones y trastornos de la infancia y la adolescencia.
¿En qué consiste una sesión con EMDR?
Para comprender como funciona el EMDR, primero debemos comprender como funciona nuestra mente y como se procesan las experiencias vividas. Nuestra mente almacena los recuerdos en redes de memoria conectadas entre sí, todo recuerdo se almacena con la siguiente información, imagen, creencia, emoción y sensación asociada a esa experiencia y/o emoción. Cuando vivimos experiencias con una carga emocional muy potente, experiencias traumáticas o con un estrés e intensidad muy elevado lo que ocurres que el conjunto de esta información queda atrapada en esas redes neuronales y no es procesada de forma funcional y adecuada para nosotros. Para entendernos, es como si una parte de nosotros, reviviera la experiencia cada vez que aparezca algún estimulo asociado a la experiencia vivida y nuestro sistema se active, este proceso la mayoría de las ocasiones ocurre de forma inconsciente.
De nuevo a modo de recordatorio os diremos que una de las características del EMDR es la estimulación bilateral, esto se consigue mediante una serie de movimientos oculares de un lado a otro o bien mediante tapping (golpecitos leves a ambos lados del cuerpo).
Hay que dejar constancia de que existe todo un trabajo previo a una sesión con estimulación en EMDR, el terapeuta habrá realizado siempre una exhaustiva conceptualización del caso, así como dotado al paciente de suficientes recursos de estabilización y/o psicoeducación necesarios,
Una vez realizado todo este trabajo, de estabilización y dotado de suficientes recursos al paciente podemos llevar adelante el reprocesamiento mediante estimulación.
En primer lugar el terapeuta habrá seleccionado el objetivo o diana a trabajar en la sesión, la información necesaria para poder llevar adelante el reprocesamiento del recuerdo será; la imagen asociada al recuerdo, la creencia negativa, la emoción, el nivel de malestar que produce el recuerdo y la sensación en el cuerpo. Por ejemplo, imaginemos una persona que tiene miedo a los perros porque tuvo una mala experiencia en el pasado con un perro. La imagen tal vez sería cuando el perro iba corriendo hacia la persona, la creencia negativa seria estoy en peligro, la emoción miedo y esa sensación tal vez la sienta en el pecho.
Una vez tenemos toda la información empezamos con el reprocesamiento pidiendo a la persona que evoque el recuerdo en su mente junto con el resto de información y se realizara la estimulación, según va sucediéndose la sesión se le irá preguntado a la persona que es lo que le viene a la mente en relación al recuerdo, pueden ser otras imágenes, sensaciones o pensamientos. Poco a poco y de forma progresiva el propio sistema irá procesando de una forma más adecuada el recuerdo reduciendo por completo el malestar asociado al recuerdo.
Una vez procesado el recuerdo y el terapeuta ha confirmado no queda ningún tipo de malestar asociado al recuerdo, se concluiría realizando la instalación de una creencia positiva, siguiendo con el ejemplo antes descrito, la creencia en este caso podría ser estoy a salvo.
El procesamiento del recuerdo se da por concluido y cerrado una vez el terapeuta en una sesión posterior confirma no ha aparecido información nueva entre sesiones y el malestar ha desaparecido.